[Blog] El escenario de los pájaros negros

El insecto
8 min readFeb 4, 2021

¿Qué tanta certeza podemos tener acerca de lo que presenciamos en los “nuevos medios democratizadores de la información, y específicamente de Twitter en Paraguay? Pero (aunque implicadas) no hablamos de fake news, sino de un montaje de popularidad. Afortunadamente, existen leyes y fórmulas que nos pueden ayudar a discernir la realidad de la manipulación con fines políticos, o al menos identificar esta última y generar una verdadera y soberana opinión pública.

De una década a otra, las redes sociales transformaron el modelo más tradicional de comunicación de la información valiosa para la sociedad, por ende, la forma en la que los poderes económicos y políticos (el mercado y el gobierno) llegan a la gente.

La “democratiación” de la información, se dio más rápido de lo que los políticos y medios tradicionales pudieron actuar. En poco tiempo, un Hola soy Germán tenía más audiencia que un canal y más visitas que los modelos tradicionales de ciudadanos destacados. Es más, en realidad las figuras políticas y las instituciones se vieron en el deber de crearse cuentas en redes sociales para figurar en la nueva agenda mediática, determinada mucho más por los ciudadanos digitales.

Y en la carrera por figurar y mantener la presencia hegemónica, se generaron seguidores falsos.

¿Cuál es el fin y el grado de ética?

Una antigua (y útil) ley

Aunque nos centremos en la escena twittera, si logra al menos establecer un debate acerca de nuestras percepciones y de lo que es descrito por los mismos especialistas de comunicación como un escenario montado, este relato lograría su fin gracias a que en 1881 un astrónomo y matemático observó un fenómeno interesante en las páginas de un libro.

Sucedía que las primeras páginas estaban notablemente más desgastadas que las finales. Como este libro era de progresiones matemáticas, este estudioso dedujo que aparentemente los dígitos iniciales de uso más frecuente eran en primer lugar el 1, seguido del 2, luego el 3… hasta el 9, el menos frecuente.

Más tarde, el físico Frank Benford realizó una comprobación del fenómeno, tomando más de 20.000 números de muestras muy diversas (longitudes de ríos, magnitudes físicas y químicas e incluso números de domicilios). Así, Benford comprobó y postuló la “ley de los números anómalos” para la probabilidad del primer dígito. Esta ley logarítmica se conoce como “ley de Benford”.

En palabras más simples, quedó prácticamente comprobado que de un conjunto aleatorio de números, los primeros dígitos serán en su mayoría 1, seguidos del 2, en tercer lugar quedará el 3, y así sucesivamente, hasta llegar al 9. Esto, siempre y cuando los dígitos sean de números al azar y no intervenidos intencionalmente. Y esto es clave: siempre que haya manipulación o actividad fraudulenta en cuestiones en las que se visualicen números, existirá una ruptura de la ley matemática mencionada.

Video explicativo

Si la ley de Benford se cumple en los dígitos estudiados de un conjunto de números, no existe fraude y mediante la figuración de las progresiones, se obtiene un gráfico descendiente, igual al resultado final de la siguiente progresión:

Detectar fraude, también en redes sociales

Jennifer Golbeck’s aplicó la fórmula progresiva de probabilidad de dígitos por primera vez a las redes sociales.
Jennifer Golbeck aplicó la fórmula progresiva de probabilidad de dígitos por primera vez a las redes sociales.

En 2016, la científica de computación Jennifer Golbeck decidió aplicar la ley de Benford a sus redes sociales, descubriendo un porcentaje de seguidores desfasado de la ley. Estudiando los usuarios desviados de la ley, notó por su comportamiento que correspondían a perfiles de identidad falsa o bots. Es decir, Jennifer demostró que la ley de Benford puede aplicarse también al entorno de las redes sociales para detectar actividad fraudulenta.

Si bien no es una novedad la existencia de seguidores falsos que en realidad buscan trollear o enalzar perfiles conocidos de la sociedad, no es de normal conocimiento el trabajo organizado de agencias y departamentos de comunicación digital, empeñados en ello. Pero ¿y si se prueba mediante la ley de Benford, la falsedad de seguidores de cuentas del gobierno?

De hecho, fue esta la ley que se aplicaron a tres perfiles políticos, que resultaron ser cuentas influenciadas por la compra de seguidores falsos.

1- Ley aplicada a lista de seguidores del diputado Hugo Ramírez

1.1 Seguidores de seguidores

1.2 Seguidos de seguidores

2- Ley Aplicada a seguidores del Presidente Mario Abdo Benítez

Testimonio de un troll, el Dr. Aude

Cuando Aude escuchó cuál es el objeto de mi investigación, sonrió, de hecho rió y movió la cabeza con gracia y timidez hacia distintos ángulos. Cuando empezó a hablar, lo hizo aceleradamente y con un tono que indicaba entre líneas que no repetiría nada…

Según su testimonio, las contracampañas con perfiles falsos iniciaron en Paraguay durante el gobierno de Lugo, en 2012, intentando evitar el juicio político (en este tiempo no existían comunity managers ni creadores de contenidos como hoy los conocemos). Esa primera contracampaña se trató de un monitoreo de 24 hs de tres canales principales TV, radio y tipeo de noticias particularmente útiles para generar posteos provocativos.

Cada administrador tenía a su cargo 5 perfiles, desde su creación desarrollo del “personaje” y acciones comunicativas; debían verse lo más completos y veraces posibles. Una consigna adoptada fue hacer una especie de acting para cada administrador; hacer que los posteos sean parte de su personaje, esto personalizaba el perfil haciéndolo parecer más veraz.

Desde el inicio fue una agencia la contratada. Estas agencias trabajaban en oficinas del gobierno y sus servicios implicaban la capacitación de funcionarios públicos.

- Escuchar audio-

Entonces, según el Dr. Aude, luego del PLRA, los que siguieron con el uso de esta “técnica” de contracampaña, fue el oficialismo. La precursora fue la agencia Prana, de Horacio Cartes. La última “contracampaña” que Aude recuerda es una a favor de Marito en 2019: el fin evitar el juicio político de este último.

Explicó que el presupuesto para dirigir equipos de administradores es de 20mil a 35mil $, dependiendo del “tipo de contracampaña” (tiempo de 1 a 3 meses, intendentales/generales, etc.). En algunos casos entra en la licitación, pero en su mayoría, no lo vamos a ver.

Hoy, Prana, Garabato y Punto Seguido son agencias conocidas entre los comunicadores por, supuestamente, dedicarse a crear y/o administrar cuentas que interactúen a favor o en contra de una entidad, de acuerdo a los intereses del cliente que contrata.

Sin miedo a dar la cara: ¿Qué dice Fabricio Arnella?

Fabricio es comunicador, periodista y militante de un sector sector de la izquierda. Los perfiles falsos son su “extra”.

Para él, las nuevas estrategias de granjas de bots vuelven a ser viejas “La estrategia ideal y más funcional es la de una fórmula orgánica de manejo de redes, con perfiles más veraces y creíbles , foto de perfil, ideología…” la misma táctica mencionada por Aude, entrar en personaje porque “ya pocas personas te comen vidrio”.

Cuando preguntamos a Fabri por qué no el daba miedo revelar su identidad, dijo que porque éticamente, no obra ni obró nunca en contra de su ideología. “Si es que alguien está comprometido, de verdad, no va a querer que se mencione su nombre”

El costo

En números, Arnella aseguró: 100,000 seguidores 30.000 dólares, el precio varía de a cuerdo a la cantidad de seguidores y a la credibilidad de cada perfil. Y el precio, no incluye actividad de los perfiles, por ese monto, solo serán seguidores, sin comentarios, etc. “Por eso vas a ver quizás, perfiles como el de Marito, con más y más cantidad de seguidores cada mes, pero que no hacen nada, porque para activarlos hay que pagar más”.

Y a mitad de la pregunta “¿el dínero destinado a ello, ¿es público?”, sonrió de costado y aseguró: “Vos tenes que asimilar que el dinero: siempre el dinero es tuyo…Siempre hacen figurar que el presupuesto va destinado a ministerios ‘nada que ver’, pero en realidad ese dinero de ‘publicidad y propaganda’ se usa casi todo en redes sociales (perfiles falsos)”.

¿Por qué “es un secreto” que todos saben?

Al inicio de cada conversación con estrategas de la comunicación digital (Verioska Velasco de la presidencia, Camilo Guanes y Alejandra Duarte Albospino), cada uno se negó o dejó de responder. El Dr. Aude no quiere mencionar su nombre real, porque no cree que el asunto se trate “simplemente” de estrategias de comunicación política y que implica “tener estómago”

Aude se siente algo avergonzado de que, debido a las sospechas en su momento, debieron reestructurar la red de seguidores falsos… comenzaron a utilizar caras y nombres de personas reales.

La forma de selección de identidades reales para su uso, era segmentando personas: de 40 a 65 años, del interior, sin posibilidad de acceder a internet, teléfono o redes sociales. En el caso de basarse en identidades de jóvenes, utilizaban nombres y fotos de recién afiliados a los partidos tradicionales, con poco adentramiento a la política y cambiando levemente algunas letras de su nombre o apellido (por ejemplo: Rebecca Jiménez por Rebeca Giménez, etc.).

Generaron captura de conversación de Pedro Ferreiro con una simple app, 12 horas para evitar juicio político a Marito, generando videos, posts, imágenes, etc., y en una oportunidad, en canindeyú se consiguieron dar vuelta las votaciones, “era fácil. con una población de 7000 votantes en la segmentación. En esta época se iniciaba el pautaje en redes sociales” comentó Aude.

Aude diría que sí: que el 70% de lo que vemos en las redes respecto a política, no es cierto. Continúa asegurando que mínimamente, el 35% de seguidores de una cuenta política, son falsos, el objetivo es la apariencia, para generar una tendencia que ayuda a que los indecisos se decidan y desde el punto de vista comercial de las agencias, sustenta la seguridad de los clientes.

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El insecto

El insecto es un ente digital que investiga por su cuenta y hace análisis, le importan las historias reales y en ocasiones, comparte metáforas de lo que existe.