Sin agua en la crisis climática: la ciencia detrás de la narración
La escasez de agua es una problemática latente en el Chaco, que si bien se debe a fenómenos y circunstancias naturales, se ve agravada por la crisis climática: una realidad intensa en las áreas más susceptibles al cambio climático, que ya se había vislumbrado a inicios del 2023 (y antes) por activistas indígenas y científicos; esta es la ciencia detrás de lo que ocurre.
La narración de Fidelo
Fidelminio Losa Toews, llamado de cariño Fidelo, es comunicador indígena proveniente de la comunidad Yalve Sanga de la etnia Enlhet. Es además docente desde hace tres años en la comunidad Monte Palmeras, también de la etnia Enlhet, conformada hace casi una década en el departamento de Boquerón, camino a la localidad de Pozo Hondo en el Chaco paraguayo.
En la comunidad de Monte Palmeras hay 22 familias, un puesto de salud que funciona una vez al mes, una iglesia y un almacén comunitario que funciona dos veces a la semana.
En total cuentan con cinco aljibes: dos en la calle, uno en la escuela, otro en la iglesia y uno más en el puesto de salud. Las pocas veces que llueve, se recauda el agua de los techos de las construcciones para la carga del aljibe.
Pero ahora, es el tajamar la fuente de suministro. “Eso es lo que nos ayuda actualmente, porque la última vez que llovió acá en la comunidad fue en el mes de marzo, aproximadamente, cuando se inundaron completamente todos los caminos”, cuenta el docente y comunicador.
Las familias cargan en sus baldes para llenar, a partir del agua del tajamar, los aljibes comunitarios. Todo esto racionando el uso, cuidando que no exista desperdicio.“La gente cuida muchísimo ese tajamar, porque sabemos de la necesidad del agua. Esta agua nos está salvando; cargamos en los baldes, se llevan a los aljibes y de allí las familias cargan en sus termos, cuidando siempre el agua para que no se desperdicie”, hasta la próxima lluvia.
¿Por qué no llueve lo suficiente desde marzo en la comunidad?: cambio climático y crisis climática
Es decir, la serie de datos recolectados sobre el clima a nivel mundial evidencia alteraciones, causadas por los gases de efecto invernadero.
Por otro lado, la crisis climática es un concepto mucho más amplio que el cambio climático. Connota una gravedad científicamente comprobada: hace referencia al cambio climático, incluyendo lo social y político; Achucarro remarca la afección de manera especial a las poblaciones más vulnerables.
Y no es coincidencia que las comunidades indígenas del Chaco hayan manifestado la necesidad de declarar un estado de emergencia en el departamento de Boquerón; las observaciones de los miembros de distintas comunidades indígenas ya pronosticaban la situación, coincidiendo de alguna manera con la ciencia.
Las comunidades sin agua
Así también, terminaron las aguas de los aljibes en las comunidades indígenas vecinas a Monte Palmeras, llevándolos a buscar las reservas, pero de un tajamar casi agotado.
Fidelo pudo compartir y hablar con colegas vecinos de esas comunidades, asentadas a 20 km a la redonda de la suya, aproximadamente. Es por eso que sabe de líderes indígenas que se encuentran en desesperación por ayudar a las familias de su comunidad: “Ya hay gente en otras comunidades que está sufriendo bastante… y de la peor manera: necesitan muchísimo una asistencia, sobre el líquido vital o asistencia médica”.
Resalta que la prioridad es el agua “Es lo que están buscando. Pude compartir esta foto para que se pueda demostrar la necesidad que estamos viviendo aquí en el Chaco”.
En la comunidad Yishinachat del pueblo Nivaclé, se acabó casi toda el agua. “Las mujeres siempre buscan agua temprano en el tajamar y como estaba comentando, esta comunidad ya está tomando agua que tiene el color del barro”, cuenta Fidelo.
Hay algunas comunidades que prueban suerte improvisando pozos, “pero aquí en el Chaco, el 90% o 95% es agua salada, es difícil conseguir agua dulce. Y cuando uno toma agua salada siempre hay consecuencias, enfermedades, dolores estomacales”.
Aún así, se constató que comunidades indígenas se ven obligadas a consumir agua salada, con barro o contaminada, por el uso de un gran porcentaje del agua destinada para consumo por parte de algunas empresas e industrias (tal es el caso narrado por las mujeres indígenas en el Encuentro Transfronterizo de Mujeres Indígenas del Gran Chaco Americano, celebrado entre el 6 y el 8 de octubre del 2016 en Asunción y en Filadelfia).
Y por si fuera poco, para la comunidad Yishinachat y otras, la búsqueda del líquido vital del tajamar más próximo es una difícil odisea, por los vientos y polvo cada vez más fuertes, debido igualmente a la crisis climática.
Cuando salen los primeros rayos de sol (cuando no hay viento, todavía) Fidelo puede ver a las mujeres pasar, llevando bicicletas que no tienen cubierta, cámaras de goma ni cadenas, pero tienen ruedas.
En los manubrios de las bicicletas achacadas, suelen colgarse hasta cuatro baldes, dos a un lado y dos al otro; por el calor y los fuertes vientos, deben apresurarse y realizar la tarea lo más temprano posible: “las señoras siempre se van tempranamente, porque cuando llegan las ocho de la mañana, es casi imposible poder buscar el agua, porque siempre hay muchísimo viento, a 40, 50 kilómetros por hora, inclusive más, inclusive a esas horas ya hace muchísimo calor y de eso también tienen miedo”.
“Lo mismo pasa cuando uno cocina”, explica el comunicador, dando a entender que el fuego, el calor y el viento son peligrosos factores que pueden conjugarse en un incendio.
"Como indígenas, siempre usamos la leña, cocinamos al aire libre. Cuando hay muchísimo viento no se puede cocinar: hay demasiado polvo e inclusive el fuego puede ser arrastrado por el viento y provocar una gran quemazón, ya que todo está seco. Es eso lo que no queremos y cuidamos que no pase (especialmente lo atienden las mujeres)”.
El agua potable es vida
Fidelo comparte un hecho reciente ocurrido en su comunidad, en la que un trabajador se descompensó de camino a su casa, al final del día: tuvo malestar, dolores y vómitos.
Los vecinos llevaron rápidamente los medicamentos que tenían disponibles en sus viviendas para paliar los vómitos y dolores. No se lo pudo llevar de urgencia al hospital más cercano en horas de la noche y sin iluminación (queda a unos 20 km de la comunidad). El viaje pudo iniciar a las seis de la mañana, pero en la unidad de salud carecían de instrumentos de trabajo.
Se lo llevó entonces al Hospital de Mariscal Estigarribia, que queda a unos 150 km, aproximadamente, de donde estaban. Pero murió en el camino. El hombre tenía cerca de 37 años y se estima que su muerte fue por el golpe de calor, deshidratación o una infección por ingesta de agua contaminada.
Además de los padecimientos del cuerpo, la falta de agua afecta la posibilidad de cazar para subsistir: si no hay agua, no hay animales en el ecosistema. Del mismo modo se ve perjudicada a la creación y venta de sus artesanías, ya que el agua es un instrumento más en la elaboración.
Este es un ejemplo de cómo la disponibilidad del agua determina los ecosistemas, la economía y el desarrollo.
Planificar, administrar y garantizar el acceso
Fidelo está preocupado: todos los intentos por ser escuchados están agotándose, siendo muy complicado para ellos hablar de cambio climático con las autoridades.
“Es difícil hablar de la situación de los pueblos indígenas, es difícil expresarse. Se necesita muchísimo trabajo, muchísimo apoyo. Las entidades gubernamentales también tienen que querer levantarse y buscar soluciones (junto con las comunidades)”. Sobre el punto, asevera que lo normal es no recibir visitas de autoridades, salvo en periodos electorales.
“Ojalá este nuevo gobierno haga las promesas”, es lo que anhela, al mismo tiempo que desde la comunidad científica la crisis climática y el acceso al agua son prioridades, siendo el desarrollo de la investigación local (tanto en ciencias sociales, naturales e ingenierías) de la mano de la voluntad política, la conciencia de la sociedad civil y los líderes económicos, engranajes importantes para garantizar el acceso al agua, la responsabilidad de accionar ante la crisis climática y por ende, mejores resultados en el bienestar de la población, sin distinción.
El agua puede verse como un alimento indispensable, un insumo para la industria y la producción energética y un bien necesario para la salud. Estos aspectos son problemáticas interrelacionadas, como lo explicó la ingeniera Rojas Scheffer, sugiriendo que una indicación de la complejidad del tema puede verse en el 6.° Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS), relacionado a Agua limpia y saneamiento, que tiene varios puntos en común con otros ODS.
Los que más protegen, los más afectados: “Cuidamos lo poco que queda”
“Por último, nosotros como indígenas siempre cuidamos el ambiente” declara para finalizar, Fidelo, “porque este cambio climático nos afecta demasiado (cada vez más) y a veces, es difícil hablar sobre estas situaciones”, refiere, sobre los crudos hechos y ser escuchados desde una comunidad indígena.
Seguir cuidando lo poco que queda de los ecosistemas naturales es la forma de sobrevivir y el desafío que ya aceptaron los pueblos indígenas en la lucha por acceder al agua en la crisis climática; solo queda que se unan a ellos otros ciudadanos, sectores de la producción y del gobierno.